El Ordo Virginum es una oportunidad concreta para todas aquellas que deseen seguir a Jesucristo insertas en la pastoral de la diócesis, en su trabajo habitual y viviendo con su familia, solas o asociadas.
Tienen acceso a solicitar el ingreso al Orden de Vírgenes, todas aquellas mujeres que se sientan llamadas por Jesucristo a vivir esta forma de vida. Deben ser solteras y que tengan el propósito de permanecer en castidad para toda la vida, para amar solo a Jesucristo y al prójimo como Cristo lo ama.
“El discernimiento vocacional tiende a escrutar los signos por los que se expresa el carisma del Ordo virginum,con su arraigo específico en la Iglesia particular y su forma característica de estar presente en el contexto social y cultural. Para bien de las personas interesadas y de la Iglesia, se han de favorecer las condiciones que permitan realizar un discernimiento sereno y libre, en el cual verificar, a la luz de la fe y de posibles contraindicaciones, la veracidad de la vocación y la rectitud de intenciones.
El itinerario formativo que precede a la consagración debe brindar ocasiones para comprobar la intuición vocacional inicial y al mismo tiempo avivar en las aspirantes y candidatas el deseo de una unión cada vez más profunda con el Señor Jesús, de una respuesta cada vez más libre y generosa a la llamada del Padre, de una correspondencia cada vez más atenta, inteligente y dócil a la acción del Espíritu Santo. Se puede hablar de un camino realmente formativo solo cuando se da una verdadera experiencia de conversión, es decir de purificación, de iluminación y de implicación cada vez más profunda y atrayente en el seguimiento del Señor” (Nº 80, ESI )