La comunidad de las consagradas y las postulantes se reunieron para hacer sus ejercicios espirituales anuales en enero 2016. Se hizo la experiencia de los ejercicios ignacianos. Acompañó y dirigió María del Carmen Oro, consagrada en el Orden de Vírgenes de Córdova. Un tiempo propicio para la conversión y la renovación personal. Así como la comunidad quedó agradecida, también la expositora agradece y les envía un saludo.
Mendoza, 18 de febrero de 2016.
Queridas hermanas en Cristo:
Sigo dando gracias a Dios que me concedió la gracia de conocerlas y de compartir con ustedes la experiencia de los Ejercicios ignacianos. Como les dije al despedirme, cada una ha sido una palabra de Dios para mí, especialmente cuando me permitieron asomarme con sagrado respeto a la obra del Señor que trabajaba en sus corazones.
Compartir nuestra común vocación y poder ser instrumento para que el Espíritu reavive la llama de ese “Amor más fuerte que la Muerte” que “las aguas torrenciales no pueden apagar”, ha sido para mí motivo de acción de gracias a Dios y de profundo gozo espiritual. Siento, además, que esta experiencia ha creado entre nosotras un vínculo profundo que me lleva a recordarlas cada día ante el Señor.
Ruego a nuestra Madre Santísima que cuide el corazón de cada una de ustedes y vele para que en toda circunstancia puedan experimentar la íntima alegría de la pertenencia a Jesucristo nuestro Esposo y Señor. No dejen de recordarme en sus oraciones.
Con profundo afecto
María del Carmen